Nacida en la calle de Boggiero nº 4, de una familia con catorce hermanos, que se trasladó sucesivamente al Arrabal y al número 17 de la calle de San Miguel, donde su madre regentó una frutería que Jacinta atendió personalmente, hasta su nombramiento como profesora de la Escuela Oficial. Aprendió la jota de su madre y después fue discípula de Pilar Gascón y Miguel Asso, con el que formó pareja durante más de tres lustros.
De gran belleza, debutó a los 15 años en en Circo Price y, a los 16, años ya cantaba en París. En 1923 y 1931 grabó discos en solitario y en dúos con Miguel Asso y Justo Royo. En 1929 ganó el primer premio del Certamen Oficial y en 1934, el prestigioso premio Pilar Gascón, en la primera de las escasas convocatorias en que se celebró. Había cantado ante los reyes y recorrió Europa en diversas ocasiones. Participó en el estreno (1925) de la versión de El amor brujo en la capital francesa, con Antonia Mercé, La Argentina y Vicente Escudero. También compartió escenario en el Palace parisino con Raquel Meller, dentro del espectáculo París-Madrid, que dirigió el maestro Guerrero en 1929. Con la diva turiasonense también participó en Mujeres y flores de España y en otro espectáculo titulado Toro, que, de París, llevaron a Bélgica y Alemania.
Durante los años treinta grabó varios discos para la firma Gramófono. Al estallar la guerra civil tuvo que anular un contrato para El Cairo y pasó la contienda cantando para los soldados republicanos. En septiembre de 1950 sucedió a Pascuala Perié como profesora de la Escuela Municipal de Jota de Zaragoza, donde realizó una fecunda labor. Se casó en 1969 pero su esposo fallecería 21 días después del enlace. Hasta 1980, año en que la sustituyó María Pilar de Las Heras, continuó como profesora de canto en la Escuela de Jota, siempre muy querida por sus alumnos, entre los que se cuentan numerosos campeones. Afectada por una enfermedad del corazón pero siempre vivaz y alegre, sus últimos años transcurrieron en una residencia de la calle San Juan de la Peña.
Jacinta fue también muy admirada en Valencia, donde interpretó muchas veces el cant d’estil y la jota valenciana y también se atrevió con el tango. El canto de Jacinta Bartolomé se caracterizó tanto por la rasmia y perfecta vocalización como por sus delicados matices estilísticos. Como jotera fue también una buena bailadora y, además de la guitarra, tocaba la bandurria y el requinto. En 1984 se le otorgó la Medalla de Oro de la ciudad de Zaragoza, donde una calle en el barrio de Monzalbarba lleva su nombre.
Información y fotografias obtenidas desde: https://javierbarreiro.wordpress.com/2011/08/18/jacinta-bartolome/