Hablar de la música made in Huesca no se entendería sin detenerse en el fenómeno vivido en los 90
con la intrusión en el mundo musical de un estudiante de enfermería llamado José Víctor Alfaro.
Si previamente Mestizos, Vade Retro o Escoria Oriental habían marcado una época, los 90 darían paso a grupos de la otra movida,
donde el pop y lo melódico iban a consagrar a una nueva remesa en la que destacarían el cantautor de Tierz, José Víctor Alfaro,
y los experimentos musicales del ex-Mestizo, Juanjo Javierre, con el permiso, claro está, de los incombustibles del folk, Hato de Foces.
A finales de 1992, José Víctor Alfaro, el zagal de aquel pequeño pueblo cercano a la capital (Tierz),
tras no pocos años de carretera y cientos de verbenas en su haber con su compañero Mikelo Dasilva (Dúo Alcor),
decidió grabar unos temas románticos inspirados en el amor de su vida, María.
A partir de ahí todo fue más o menos rodado; arreglos y producción de Ángel Orós… y todo el circulo fue cogiendo curvatura,
Olga Orús (Hato de Foces), Guillermo Planas (Pronóstico Reservado), Alberto Pueyo “Tolo” (Vade Retro), Alicia Ciprés,
Manolo Fernández, Fiti, Paco Fonz, Fernando Buen, Hato de Foces y Hot Tech y habemus maqueta de casete “Pensando en ti”.
“Perdido en un sueño”, se convirtió en realidad en octubre de 1994 y bajo el sello discográfico de Ángel Discos de Zaragoza.
El trabajo, programado entre octubre y diciembre del 1993 por Ángel Orós y Nacho Moya, fue grabado en diciembre por Julio Casterad
y José Antonio Machuca y mezclado por Álvaro Bitrián (RAMPA) con masterización final en mayo de 1994 en los estudios TALKBACK de Madrid.
Tracks de “Perdido en un sueño”:
01. Hablaba de amor
02. Perdido en un sueño
03. No me digas adiós
04. Sirena
05. No te puedo ver llorar
06. Detrás de ti
07. La última estación
08. Tan solo sin ti
09. Igual que tú
10. Si tu me dices te quiero
11. Pudo ser verdad
12. Nacer y perder (*)
(*) Nacer y perder se escuchó por primera vez en directo en el concierto de la Plaza de Toros de Huesca,
donde fue interpretado con algunos miembros de la Coral Oscense.
Las voces de la Coral incluidas en el álbum se grabaron tres meses después, el 22 de diciembre de 1993,
en la Iglesia de San Pedro El Viejo y bajo la dirección de Conrado Betrán.