Pardinilla es un guitarrista a la antigua. Y cuando digo a la antigua me refiero a esos guitarristas que,
ante todo y sobre todo, buscan en su instrumento la capacidad expresiva y la creación.
Ante ellos se contraponen los guitarristas a la moderna, los de abundantes estudios,
técnica de equilibrista y capacidad estética bastante limitada.
Aunque no es algo obligatorio (estoy hablando de un concepto mío),
el primer tipo de guitarristas suele funcionar en terreno acústico,
mientras que el segundo apenas sabe manejarse sin electricidad y pedalera.
Cada uno tiene su encanto y… para gustos se hicieron los colores.
Pardinilla reaparece discográficamente con “Mascún”,
un álbum realizado alrededor de un quinteto y en el que la palabra “estilo”
sólo viene definida por el talento para entender la guitarra. No es, por tanto,
un álbum cerrado en un género, sino absolutamente ávido de fusión y realmente jugoso en el resultado.
En el disco aparecen ecos mediterráneos, elementos folklóricos,
guiños de copla y una adaptación de Hendrix,
todo ello con un ambiente cuasi flamenco en cuanto al acompañamiento.
Pero no flamenco de palmas y de cajón, sino más parecido a lo que guitarristas como Sanlúcar o Paco de Lucía
implementaron en este arte allá por los años 70.
El resultado de “Mascún” es sumamente agradable, aunque falto de un gancho popular que siempre tiende a lo fácil.
Pardinilla y sus compañeros entienden lo popular de otra manera: más centrado en el sonido,
en la armonía de todos los instrumentos, en el sabor a tierra… Lo fácil lo dejan para otros momentos.
Su álbum aparenta la simpleza de la sencillez aunque no tenga nada de eso dentro.
Visita su web: http://www.joaquinpardinilla.es/