¨Zeltas del Ebro¨,grupo formado por profesores del conservatorio de música de Zaragoza.
Aragón fue habitado por iberos, celtas y, más tardía y efímeramente, por vascones.
Los iberos conocieron la cultura urbana y un desarrollo político notable, inducido por su contact, muy antiguo,
con las civilizaciones mediterráneas, tanto griega como fenicia, antes de la llegada de los romanos a Hispania.
Poseían un evolucionado sistema de escritura, mezcla de alfabeto y silabario.
Se conservan en Aragón importantes lugares ibéricos pertenecientes a diversos pueblos de esta estirpe,
como los ilergetes, los sedetanos, los ilergavones y, probablemente, los llamados "ausetanos del Ebro".
En general, colaboraron con los romanos, a cuyo patrón ajustaron su moneda.
Sus aristocracias fueron combatientes, lo que se aprecia en los monumentos funerarios de los guerreros,
adornados con una estela decorada en la que frecuentemente se representan jinetes, caballos y lanzas.
La representación del jinete es también característica de los tipos de las monedas ibéricas,
que estos pueblos acuñaron siguiendo el patrón romano.
Sus principales centros fueron Ilerda (Lérida), Osca (Huesca), Burtina (Almudévar) y Celse (Velilla de Ebro).
La actual Zaragoza, llamada Salduie, era su límite occidental con celtas y vascones.
Los diversos pueblos celtas, fuertemente hostiles a Roma (celtíberos), tales como titos, belos,
lusones y suesetanos ocupaban el Occidente de Aragón y su resistencia a la ocupación romana fue larga y consistente.
Se organizaron en ciudades-estado, en las que existían magistrados, asambleas y senados.
Adoptaron el sistema ibérico de escritura. Hábiles metalúrgicos, sus espadas fueron copiadas por los romanos.
La vida del celtíbero se orienta a exaltar el valor personal, el honor y la guerra.
Existieron fraternidades de guerreros vinculados a un jefe o una divinidad.
Sus dioses fueron los típicos de los celtas europeos como el dios Lug, "hábil en todas las artes"; las "Matres",
diosas de fecundidad; Epona, Gran Madre y protectora de los muertos;
Dagda, "padre de todo"; Cernunno, dios de la fecundidad, y Sucelo, deidad infernal.
A diferencia de los íberos, los celtíberos no enterraban a quienes morían en la batalla,
sino que exponían sus cuerpos para que fueran devorados por las aves rapaces y, así, sus almas serían llevadas a los cielos.
Existe un gran santuario dedicado a Lug en Peñalba de Villastar (Teruel).
Los vascones, con capital en la actual Pamplona ("ciudad de Pompeyo"), en Navarra,
colaboraron con Roma y fueron recompensados con la jurisdicción sobre amplios territorios del Aragón Occidental,
una vez derrotados los celtíberos en el año 72 a. de C.