Las Monjas de Belén, de la Asunción de la Virgen, y de San Bruno,
son una nueva familia monástica.
Además de la rama femenina, la más antigua, existe una masculina, más reciente.
Nacieron de la fe de la Iglesia en la Asunción de la Virgen María.
Hoy cuentan con unos 500 miembros. Tienen monasterios en Francia, Bélgica, Italia, España, Austria, Alemania, Israel, Estados Unidos, Argentina, Canadá, Lituania, Chile y Polonia. Se preparan otros en Checoslovaquia, Suiza italiana, Méjico y Filipinas.
Actualmente tenemos en nuestro país una de esas comunidades.
Viven en el monasterio de Santa María Reina, de Sijena (Huesca).
La presencia de la comunidad de Belén en dicha localidad de Huesca está contribuyendo
a la conservación del edificio y, sobre todo, a mantener vivo el género
de vida monástica al que debe su origen y su perduración.
Tienen otra comunidad monástica en España, esta se encuentra en la Cartuja de Santa María de la Defensión,
de Jerez de la Frontera en la provincia de Cádiz, donde continúan la fecunda tarea espiritual y temporal
que durante más de cinco siglos han llevado a cabo los padres cartujos, y asegurando que los muros
de Santa María de la Defensión sigan siendo remanso de paz a través de la alabanza y la contemplación divinas.
La comunidad de Hermanas de Belén de Sijena está integrada actualmente por unas 50 personas, incluidas las novicias.
Proceden de todas las regiones de España, y de otros países.
Hay muchas jóvenes que se disponen a solicitar su incorporación
en esta Familia de monjas contemplativas de Belén.
Sorprende sobremanera que, en una época de sequía de vocaciones
para la vida consagrada como la nuestra,
surjan tantas vocaciones para esta familia monástica.
En el actual recinto del monasterio es difícil dar cabida a las nuevas postulantes.
Para responder al estilo de vida de esta familia contemplativa se necesita edificar más celdas de soledad (ermitas),
donde cada hermana ora, lee y trabaja durante 20 horas diarias
(que incluyen el descanso y la comida),
en soledad y silencio, durante toda la semana.
Salen únicamente para los oficios litúrgicos (las 4 horas diarias restantes).
El domingo, una comida comunitaria, una larga marcha fraterna
y un encuentro espiritual reúnen a la comunidad.
Además de la parte del monasterio dedicada a la acogida,
es preciso edificar otro recinto dedicado a la más total soledad,
alejado de toda posible interferencia exterior.
La vida monástica de estas hermanas nos recuerda la vocación y misión de toda la Iglesia, como Iglesia orante,
entregada a alabar a Dios Padre, imitando a Cristo, unida a Él, con la gracia del Espíritu Santo;
pero es también una invitación especial a todos los que pueden ayudar, poco o mucho,
para hacer posible la misión de este monasterio en la Iglesia de Dios.
Información obtenida desde: http://www.villanuevadesigena.com/es/real-monasterio-sigena/hermanas-belen.htm#0