domingo, 7 de julio de 2019

FERNANDO CASAUS-SINGLE-VARIACIONES AL SOL 2019

Fernando Casaus Alcubierre, Nacido en Poleñino (Huesca).

La vena creativa la ha tenido siempre, pero hasta bien entrada la adolescencia
Fernando Casaus Alcubierre no descubrió su pasión por la música,
que hoy compagina con la fotografía, entre otras facetas.
De niño lo suyo eran el taekwondo y el fútbol.

Recuerda su infancia en Poleñino practicando estos dos deportes, mientras sus amigos
y su hermana Elena se apuntaron a la rondalla que formó Ramiro da Silva.
Fernando Casaus confiesa que, "al final, acabé sucumbiendo y acoplándome al grupo".

Entró con desventaja respecto a sus compañeros, que ya llevaban algunos años con el solfeo y los instrumentos, y él, con 16 años, empezó de cero. "El comienzo fue duro,
recuerda, y tuve que estudiar solfeo por mi cuenta para leer las partituras".
Allí contó con la inestimable ayuda de su hermana Elena, con la que continúo su trayectoria en paralelo hasta hace un tiempo.

"Fueron unos años muy bonitos en los que el gusanillo me entró con fuerza,
y la bandurria se convirtió en mi compañera inseparable"
.

Jotas, mazurcas, seguidillas, pasodobles y el plectro en general pasaron de ser un mundo desconocido para Fernando Casaus, a convertirse
"en mi principal afición". En esto también tuvo algo que ver su maestro.
"Ramiro da Silva supuso una poderosa influencia en mis gustos y me inculcó el amor por la música, así como la importancia de los matices".
De hecho, no se olvida de los consejos de su mentor y como insistía en que
"una partitura puede ser un papel frío si no pones sentimiento a la hora de interpretarla".

Con 18 años, Fernando Casaus comenzó sus estudios de Ingeniería Agrónoma en Huesca y, coincidiendo con esa circunstancia,
"Ramiro me propuso entrar a formar parte de las dos
agrupaciones oscenses de las que era director de la rondalla,
la Orquesta de Pulso y Púa Atenea y el Grupo Estirpe de Aragonia".


Allí comenzó la vida folclórica de Fernando Casaus, que descubrió que su interés por la música pasaba de cero a cien.
Fueron muchas horas de ensayos, actuaciones y viajes. Años en los que "coseché grandes amistades" y en los que la música
"tuvo un papel muy importante en mi vida", al que contribuyó Juanjo Almarza, que sustituyó a Ramiro da Silva en la dirección de la rondalla de Estirpe. "
Supuso un punto de inflexión importante para mí porque trajo consigo innovación a la jota respetando la tradición pero,
a la vez, rompiendo los esquemas típicos y los límites que durante años la encorsetaron".

También con él aprendió técnica, algo que luego supo aprovechar y que actualmente le viene muy bien en su faceta de compositor,
que se ha
impuesto sobre al canto, algo en lo que lo inició su amigo Toño Julve,
al que conoció, al igual que a Roberto Ciria, en Estirpe de Aragonia.

"Toño fue el que me animó a cantar". Ensayaban "casi en la clandestinidad" porque en esa época, el año 2009, su hermana Elena,
que también estaba en la agrupación, se iba a casar.
"En mi casa nadie sabía que cantaba y Toño me preparó una jota".
Fernando participó en la misa como un miembro más de la rondalla,
pero tras darse el "sí quiero" los novios,
se levantó y entonó esas coplas que su amigo le había escrito.
"Fue muy emocionante para todos, y hasta el cura lloró".

A partir de ese momento, en cualquier celebración en Poleñino sonaba la voz de Fernando Casaus,
que aprendió técnica vocal con Conrado Betrán y se presentó a algún concurso.

Hoy sigue cantando, pero ha aparcado un poco su formación para centrarse en la música. "Hace unos años pasé una temporada de baja en el trabajo
y decidí aprovechar el tiempo aprendiendo a tocar la guitarra con vídeos
tutoriales en Youtube", explica el músico, que siempre ha tenido
un excelente oído, lo que le ha facilitado mucho las cosas.

De esa manera comenzó a componer tomando como base los acompañamientos de la guitarra, además de pasarse horas en Youtube
"escuchando diferentes géneros musicales, fusiones y artistas de todo
el mundo, convirtiéndose en una herramienta de aprendizaje
y fuente de inspiración".

Actualmente es componente de la Orquesta Atenea y de la Compañía Osca que dirige Roberto Ciria, "que ha sido el que me ha dado la oportunidad
de desarrollarme como músico".

Realizó los arreglos y adaptaciones para el trabajo Ciria y Bueno en compañía
y firma todas las composiciones del último trabajo del cantador oscense, Pura jota y algo más.

Fernando Casaus está viviendo su momento más dulce en el terreno musical.
Toca la bandurria, la guitarra, el laúd y la guitarra acústica,
y en más de una ocasión ha compartido escenario con su esposa, Leticia Marsó,
que toca la viola "y le aporta un sonido romántico a la rondalla que gusta mucho
al público", y con su cuñado Jorge a la percusión,
y tiene en su hija Claudia su mejor fuente de inspiración.
"Estoy en un momento muy propicio para componer y lo hago en el coche,
en el campo, en el trabajo...".
Coge el teléfono móvil, tararea y graba, y al llegar a casa desarrolla la melodía.

Su reto más inmediato es "seguir componiendo" y, de cara al futuro, "hacer un trabajo propio, una grabación con composiciones nuevas enraizadas en la jota".
Mientras eso llega, no puede dejar de emocionarse cuando escucha algún tema suyo como Sentidos, tocado por la Banda de Música de Huesca o por cualquier
grupo folclórico.

Información obtenida desde: http://www.diariodelaltoaragon.es/NoticiasDetalle.aspx?Id=1041382

FACEBOOK:https://www.facebook.com/fernando.casausalcubierre

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