jueves, 23 de agosto de 2018

PILARIN MARTINEZ-EP-JOTAS ARAGONESAS

Pilar Martínez Reinares nació el 4 de agosto de 1935 en Enciso, La Rioja y pasó su infancia en Calahorra.

Aragonesa de adopción, a los 14 años se traslada a Zaragoza trayendo con ella las tonadas, ritmo y variaciones rondalísticas de la jota riojana,
por las que desde muy pequeña se sintió atraída.

Nada más instalarse en la capital maña recibe clases de Jacinta Bartolomé, profesora de la Escuela Municipal y muy pronto obtuvo los frutos
de este aprendizaje y de sus excepcionales dotes dotes de jotera.
Antes de cumplir 20 años, se presentó a los Certámenes Oficiales, consiguiendo el Primer Premio en 1954, y el Premio extraordinario,
en 1955. Considerada la “Caballé” de nuestra tierra, según el semanario de Jaca “El Pireno Aragonés” (6 de septiembre de 1985),
sus primeras actuaciones tuvieron lugar con “Raza Aragonesa” junto a José Oto.

También intervino en el cuadro de la Escuela Municipal con la rondalla del profesor Sánchez Candial y con Pepe Esteso,
con “Alma de Aragón” y con “Amigos del Arte”. Con ellos recorrió Aragón y gran parte de la geografía española.
Asimismo, grabó discos con la Casa “Columbia”. Precisamente, entre sus más de sesenta grabaciones, destaca la tonada “Las flores de Zaragoza”,
considerada “la mejor versión femenina de la conocida copla inmortalizada por José Oto”, según palabras de Fernando Solsona.

Con diecisiete años conoce a Conrado Cebollero, con quien se casa en abril de 1961 Y cuya profesión de médico rural
hace que el matrimonio resida en distintas localidades de Aragón en las que Pilar irá dejando su sello de magnífica jotera.
El Pirieno aragonés será su primer hogar. Agüero, Ansó, Barbastro… hasta instalarse en Tarazona en 1975.
La belleza de la ciudad turiasonense cala profundamente en Pilar que, retirada temporalmente de la jota,, forma parte de la Coral de Tarazona,
actuando como Soprano Solista, actividad que le dio numerosas satisfacciones.

Tras un paréntesis de 25 años,retoma su actividad jotera y se presenta al Premio José Oto en septiembre de 1982,
obteniendo el Primer Premio por unanimidad del jurado en un Teatro Fleta abarrotado por amantes de la copla aragonesa.
Hasta la fecha es el premio de jota con mayor dotación económica. Su regreso no pudo ser más exitoso y abre una nueva etapa en su carrera.
A los pocos meses, graba un disco muy especial, “Como aires del Moncayo” donde rinde homenaje a la ciudad del Queiles, que tanto amó.
El disco fue presentado en el Teatro Principal de Zaragoza con un rotundo éxito.

Pilar quería dar un aire fresco a la jota y encargó las letras al poeta Ernesto Covarrubias, que entendió perfectamente esta intención renovadora.
Ambos ajustaron las letras a los estilos elegidos. La rondalla elegida para la grabación fue el Grupo Musical Goya.
En el disco, Pilar interpreta entre otras el Juicio Oral, jota que le permitía lucir su potente y singular voz.
Asimismo, destaca la versión cantada de Los Sitios de Zaragoza, donde una renovada letra habla más de paz que de guerra o de venganza.

Tras el Premio, se dedica a participar, siempre de manera desinteresada, en diversas iniciativas culturales, actuando en homenajes y en festivales benéficos
y junto a su marido, Conrado, apoya el “Festival de Jota ciudad de Tarazona”, desde su creación.
Durante diez años, se hizo cargo de la organización y de la dotación económica al premio a la Mejor Voz, que lleva su nombre,
y que se concedía en el marco de dicho festival. Además de Aragón, actúa en Cataluña, Galicia y Madrid.
En Jaca, se recuerda con entrañable cariño la misa baturra cantada en fabla y en solitario en la catedral.

Definir con palabras la fuerza que la copla aragonesa cobra en la voz de Pilar no es tarea sencilla.
Del mismo modo que un cuadro, que una imagen valen más que mil palabras, en este caso, solamente es necesario sentir,
únicamente es necesario escuchar para impregnarnos del arte. Todo lo demás fluye por sí solo.
Fernando Solsona se refiere a Pilar como aquella dama “muy bella, con gran empaque por su presencia llenando el escenario de dignidad y señorío,
huyendo del talante de algunos intérpretes de hoy de querer hacerse notar por el volumen o tono en la ejecución”.

En efecto. Lo bello, como dirían los clásicos humanistas del Renacimiento, no consiste en la afectación ni en la exageración ni en lo excesivamente recargado,
sino en la grandeza de la sencillez. Así era Pilar y así interpretaba la Copla. Cantaba con la misma sencillez que vivía, con
idéntica naturalidad y eso precisamente la hizo inmensa, como cantadora y como persona. Y así vivió.

En su Rioja natal, en su Zaragoza adoptiva, en su Pirineo aragonés, en sus veranos en Jaca y, finalmente, en su querida Huesca, hasta el final de sus días,
el 27 de enero de 2015. Se marchó como vivió, sin hacer ruido. Pero su recuerdo, la fuerza de su voz, su personalidad,
su generosidad y su cariño quedarán latentes. El pasado 14 de marzo, en el certamen “Premios a Mujeres de Jota 2016”,
el gran jotero Toño Julve le dedicó una estrofa que una vez más y para siempre, la une con indisolubles lazos a su querida Tarazona.

Así reza la copla:

¨Pilarín Martínez Reinares,
gran dama y gran campeona,
hasta el Moncayo recuerda
tus jotas de Tarazona¨.